Bueno pues el 3 de Abril llegó. En circunstancias normales estaríamos nerviosos pensando en cómo iban a transcurrir los próximos días de descanso, en el destino elegido, el tráfico en las carreteras, si el tiempo respetaría nuestros planes...pero hoy...vísperas de nuestras vacaciones de Semana Santa...nuestra mente sólo puede pensar en cuándo acabará esto.
En qué momento la situación de crisis sanitaria que estamos viviendo parará y nuestras vidas podrán volver a la normalidad. Sí, a la normalidad, aunque sea a la "rutinaria normalidad" de las clases, las aulas, las explicaciones de los profesores, los compañeros, los descansos en los pasillos, los recreos...Sí, se que lo echáis de menos. Todos lo echamos de menos.
Porque si algo nos está demostrando esta situación, entre otras muchas cosas, es que las aulas no pueden ser sustituidas por un canal de comunicación, por una pantalla, por un ordenador. Necesitamos la empatía, la relación entre el profesor y el alumno, entre compañeros, que no puede reemplazarse por nada. La enseñanza no sólo busca el máximo rendimiento académico, sino que hay en ella un componente humano esencial y vital...que es el que logra darle sentido a cualquier aprendizaje.
Porque si algo nos está demostrando esta situación, entre otras muchas cosas, es que las aulas no pueden ser sustituidas por un canal de comunicación, por una pantalla, por un ordenador. Necesitamos la empatía, la relación entre el profesor y el alumno, entre compañeros, que no puede reemplazarse por nada. La enseñanza no sólo busca el máximo rendimiento académico, sino que hay en ella un componente humano esencial y vital...que es el que logra darle sentido a cualquier aprendizaje.
Aprovechad estos días para descansar y coger fuerzas, pero también para paraos a pensar y reflexionar sobre la situación qué estamos viviendo. Sobre la importancia que va a tener todo esto que estáis viviendo para esforzarnos en construir entre todos una sociedad mejor. Esa sin duda, será la mejor lección que podáis aprender de todo esto
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