Aristócrata de Maronea, mujer de Crates de Tebas que era discípulo de Diógenes el Cínico. Se aferró a las ideas y al severo estilo de vida de los cínicos. Diógenes, gran historiador de la época, elogió la gran cultura filosófica y la elegancia de razonamiento de Hiparquía, comparándola a Platón. De sus escritos no nos ha llegado casi nada, aunque conocemos la existencia de sus Cartas y Tragedias.
Hiparquia, joven, bella, de talento, descendiente de una rica familia tracia, menospreció a los más arrogantes y acaudalados mancebos que la pretendían por estar perdidamente enamorada de Crates, tan feo, tan deforme, pero que para ella reunía todas las gracias y perfecciones masculinas, tal como reflejan estos versos:
«...En gustos no hay disputa,
ni en amor leyes que obliguen,
ni en las mujeres razón
que su gusto las limite.»
Le agradaba tanto tanto la vida y conversación de Crates, que ninguna ventaja de sus pretendientes, las riquezas, la nobleza, ni la hermosura la pudieron apartar de su propósito; pues Crates era todas estas cosas para ella. Aun amenazaba a sus padres que se quitaría la vida si no la casaban con él. (Información)
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